ETAPA 3. (103 km) Villafranca de los Barros - Aldea del Cano

6:30 de la mañana. Hay que levantarse. Me aseo y me dirijo a la cocina para desayunar lo que me han dejado los otros dos peregrinos que ya se han marchado. Hago café y tomo unas magdalenas y un croisant. Monto las alforjas, dejo las llaves en una mesa, saco la bicicleta a la calle y cierro la puerta. Ya no puedo volver a entrar.

 Cuando me subo en la bici me doy cuenta de que no llevo las gafas. Estas gafas son de ciclismo, pero bifocales. Sin ellas no veré un pimiento ni el GPS ni el cuentakilómetros. Decido irme sin gafas, ya me las apañaré, pero cuando llevo un par de calles recorridas me doy cuenta de que va a ser muy difícil distinguir la ruta en el GPS. Después de mucho pensarlo llamo al hospitalero por teléfono disculpándome mil veces por haberlo despertado tan temprano. El chico, muy amable, me dice que no me preocupe, que está acostumbrado pues es raro el día que no lo llaman, incluso antes, por algún olvido. Cojo las gafas y además me acompaña hasta la plaza mayor y me indica la forma de salir del pueblo.

 La gente, que ya está en la calle (jubilados y tal...), me va indicando por dónde tirar y preguntándome si voy haciendo el camino. Muy amable todo el mundo...

 Tomo el sendero que me va a llevar hasta Torremejía. Aparecen viñedos inmensos. Se nota que es tierra de vinos:
Viñedos. Parecen no tener fin. Villafranca de los Barros

Buen camino, pero con arena y piedras. Villafranca de los Barros
Al cabo de unos kilómetros el camino se bifurca: a la izquierda Via de la Plata, pasando por Almendralejo, a la derecha Camino de Santiago. Más tarde se volverán a encontrar. Tomo el Camino de Santiago que, según la guía que llevo, es más recomendable
Bifurcación del camino
Después de 26 kilómetros de camino con bastante arena y piedras  se divisa Torremejía:
Torremejía al fondo
Iglesia de la Purísima Concepción. Torremejía. (Foto de Panoramio)

Pues nada, paso bastante rápido por Torremejía pues no parece tener demasiado interés (de hecho no tomé fotos, la de la iglesia no es mía). A los 15 kilómetros llegamos a la monumental y bonita Mérida:
Puente romano de acceso. Mérida

Calzada del puente romano. Mérida

Entrada al castillo. Mérida

Rio Guadiana junto a castillo. Mérida

Otra imagen del castillo. Mérida
Tengo que decir que hace años estuve en Mérida. Visité todo lo visitable y me pareció que estaba algo descuidada. Concretamente, la foto que hay debajo del templo de Diana estaba muy sucia y con adolescentes fumando y echando porquería en el interior, pero ahora está preciosa, muy limpia y cuidada y ya no se permite el acceso. Todo un acierto
Templo de Diana. Mérida 
Detalle del templo de Diana. Mérida

Museo de Mérida

Escultura "El Porteador" (Rufino Mesa) Mérida
Salgo de la ciudad por un larguísimo y estupendo carril bici que nos lleva directamente, sin interrupciones a la presa romana de Proserpina

También me sorprendió el cambio radical dado al embalse de Proserpina. Cuando lo ví por primera vez era una laguna con embarcaciones y poco más. Ahora han hecho un paseo de circunda el embalse. Hay numerosos bares, patines de agua y zonas de pesca. También hay zonas habilitadas para el baño. En fin, que lo han convertido en algo eminentemente turístico veraniego. No está mal para ir con la bicicleta pues puedes pedalear por todo el borde del embalse sin perderte nada.
Embalse de Proserpina. Mérida

Explicación del embalse de Proserpina. Mérida

Cartel de "Pesca si muerte" Embalse de Proserpina. Mérida
Salgo del embalse por una carretera estrecha y en muy mal estado para adentrarme, unos kilómetros después en un camino que nos lleva, de nuevo, a dehesas con animales sueltos y otras con los animales detrás de un alambrillo que no sé yo qué efectividad puede tener eso ante el cabreo de uno de esos bicharracos:
Toro, con buenos cuernos dentro de su finca

Toros, también con cuernos, pero a sus anchas, sin valla ni nada....

Toro encerrado en un "alambre" como protección ante el ciclista....
Sigo mi camino pedaleando y unos 18 kilómetros más tarde, de los cuales muy pocos son por asfalto, llego, cuando son las 13:30 a Aljucén. Pienso lo que pienso, veo un bar frente a la iglesia que tiene unas mesas a la sombra (unos 40ºC a la sombra) y que anuncia menú por 7,50 euros, y como voy muerto de sed y de hambre me quedo a comer allí. Cuando estoy terminando de comer aparece de nuevo Idoia tocando el timbre de la bicicleta. Estamos un buen rato charlando y descansado hasta las 4 de la tarde aproximadamente.
Iglesia de San Andrés Apóstol. Aljucén

Detalle puerta entrada a la iglesia. Aljucén
Nos dice el  camarero que si pensamos ir hasta Alcuéscar para pernoctar, lo hagamos por carretera, que el camino está muy mal. También nos recomienda un hostal con precios especiales para el peregrino (Hostal los olivos) y que está en la misma carretera, antes de llegar al pueblo. Pues nada, le hacemos caso y vamos por carretera. Enseguida Idoia echa delante y como ella no hace fotos por el camino llega bastante antes que yo a Alcuéscar.

El hostal no me parece idóneo. Hay un ambiente extraño en la puerta, además de un puti-club en las inmediaciones, así es que decido irme hasta el pueblo, en donde está el albergue Convento Esclavos de María, cuyo precio se rige por donativo.
Albergue Convento Esclavos de María. Alcuéscar
Vaya cuestas que tiene el pueblo, bestiales. Subo hasta lo más alto.
Plaza Mayor, en lo alto del pueblo. Alcuéscar
Me dice mi mujer por teléfono que no me pierda la basílica de Santa Lucía del Trampal, que es la única iglesia visigoda que queda en el sur de la península, del siglo VII. Veo en el pueblo un indicador del camino hacia la basílica y lo voy siguiendo. Empiezo a bajar, bajar, bajar.... y la basílica no aparece. Le pregunto a un hombre que había por allí y me dice que está a unos cuantos kilómetros, bajando y bajando. Pienso que si estoy bajando tanto luego tendré que subir, así es que, que me perdonen los visigodos, pero me doy la vuelta y me dirijo a buscar el albergue. Pongo la foto de la basílica, aunque no la he visto, por si a alguien que lea el blog le interesa ir. La verdad es que habría merecido la pena verla, quizá en otra ocasión....
Basílica de Santa Lucía del Trampal. (Foto de www.alcuescar.com/basilica)
Pues eso, me doy la vuelta. Llego de nuevo al pueblo, que está en todo lo alto. Pregunto por el albergue y me dicen que está antes de entrar al pueblo. Es decir, que me he chupado un montón de cuestas para nada (Aaagggg). Me dan ganas de pegar patadas y gritos, pero me contengo.

Resulta que en el albergue no hay nadie, ningún peregrino, pero se ve gente disminuida psíquica por allí merodeando. Me cuenta la persona encargada que ellos atienden a estas personas, pero que están completamente separados de los dormitorios de los peregrinos. Le digo que voy a tomar algo fresco y me lo pienso. El caso es que tenía claro que allí no me quería quedar porque además, a las 9:00 cierran las puertas, y son ya las 7:30; no me va a dar tiempo ni de comprar cena ni de dar una vuelta por el pueblo.

Me marcho por camino hasta el siguiente pueblo: Aldea del Cano. 

Ya se han empezado a ver cantidad de miliarios, que son columnas que colocaban los romanos para indicar distancias, millas romanas que equivalen aproximadamente a 1,5 km
Miliario de camino a Aldea del Cano
El camino es bueno pero lleno de hierbas secas que podrían pinchar las ruedas. Menos mal que puse las cubiertas Schwalbe Marathon Plus Tour, que parece ser que son prácticamente imposible de pinchar. Poco antes de llegar al pueblo me encuentro, en medio del campo un puente romano muy chulo:
Puente romano. algún lugar antes de Aldea del Cano

El puente romano, su calzada y mi bici


Entrada a Aldea del Cano
 La iglesia es curiosa. Tiene el reloj descentrado, además de las correspondientes cigüeñas
Parroquia de San Martín en Aldea del Cano
Como Idoia ha llegado antes que yo al pueblo se ha encargado de recoger las llaves del albergue, ha pagado su estancia ( 6€ ). Yo no he ido a pagar porque quería comprar algo de comida para la cena. Eran ya las 8 y cuarto y estaban a punto de cerrar. El caso es que esa noche dormí en el albergue sin pagar nada y por supuesto sin sellar en el pueblo.

El albergue está muy, pero que muy bien. Tiene 3 habitaciones, cocina completa, baño y terraza. Hacemos unos macarrones que había traído Idoia y compartimos la comida que habíamos comprado. Estamos un rato charlando en la terraza que da a la calle y a dormir. Ella duerme en una habitación y yo en otra. Por fin parece que voy a descansar bien.
Albergue municipal Aldea del Cano (foto de www.gronze.com)




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